Prohibición "compacta" | Jürgen Elsässer en el país de las maravillas

El Tribunal Administrativo Federal de Leipzig está viendo la prohibición de la revista "Compact". Durante la audiencia, su fundador y editor jefe, Jürgen Elsässer, hábilmente colocó un libro sobre la mesa frente a él, como si estuviera leyendo: su autobiografía "Soy alemán. Cómo un izquierdista se convirtió en patriota", publicada en 2022. Un retrato suyo aparecía en la portada. Una comparecencia meticulosamente planificada. La decisión del tribunal está prevista para este martes.

Clasificada como "claramente de extrema derecha" por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución desde 2021, la revista fue prohibida en julio de 2024 por la entonces ministra del Interior, Nancy Faeser. El editor jefe, Jürgen Elsässer, recibió esa mañana en su domicilio, en bata, a los investigadores que querían asegurar pruebas y bienes. Sin embargo, en agosto, el Tribunal Administrativo Federal suspendió parcialmente la aplicación inmediata de la prohibición. Al parecer, no se había preparado con la suficiente minuciosidad.

En su autobiografía, Jürgen Elsässer describe su camino hasta convertirse en periodista de extrema derecha como un despertar, basado en el importante papel que desempeñó en el panorama mediático de izquierdas. «Tras solo seis años en el periodismo, ya era uno de los nombres más conocidos en el mundo de los medios de izquierdas. Durante dos años, fui editor político jefe de la revista mensual 'Konkret', el buque insignia del periodismo de izquierdas desde la época de Ulrike Meinhof, y me llevaba de maravilla con mi jefe, Hermann L. Gremliza. «Gremliza es el profeta y Elsässer su espada afilada», era una frase ingeniosa de aquellos tiempos». Probablemente él mismo la inventó.

En su autobiografía, se describe a sí mismo como un ser salvaje y con un pedigrí certificado: «El fuego del Sur arde en mis venas, enfundado en el acero de las virtudes nórdicas. ¿En qué otra cosa podría haberme convertido sino en un luchador revolucionario contra la injusticia?». Este tipo de romanticismo trivial de la revolución impregna todo el libro. Y así recorre los años de Elsässer en el país de las maravillas de la izquierda, con un corazón apasionado como el principal responsable de la verificación, lo cual no debe tomarse al pie de la letra. Dado que Elsässer se dirige ahora a un público de derechas, quiere que sus posiciones antialemanas tras la anexión de la RDA a la RFA en 1990 se entiendan como un enfoque táctico, no antinacional: «Mi estrategia antialemana, incluso en sus peores momentos, no tenía una carga emocional, no estaba dirigida contra mis compatriotas, sino que tenía motivaciones políticas».

El concepto de "pueblo" en general: Elsässer distinguía entre pueblos buenos y malos en sus artículos. Deconstruir el pensamiento étnico no era su estilo. Al desviarse de la solidaridad con la política étnica y la agresión beligerante de Slobodan Milošević en Serbia, que en esencia no era mejor que la de Franjo Tudjman en Croacia, las categorías étnicas y nacionalistas-proserbias cobraron cada vez mayor importancia para Elsässer, lo que equivalía, por ejemplo, a denigrar racialmente al grupo de población que se identificaba como kosovar o a minimizar la masacre de musulmanes de Bosnia en Srebrenica en 1995 a manos de las milicias serbias.

Marit Hofmann, responsable de la sección de cultura de Konkret, afirma: «Es lamentable que Konkret aún no haya abordado esta parte de la historia de su revista, que incluye el apoyo al nacionalismo serbio, la negación de las masacres y la incitación a las teorías conspirativas tras el 11-S». En su memoria, Elsässer «no fue muy útil como editor, ya que se dedicaba casi exclusivamente a su autopromoción, que cada vez se inclinaba más hacia la tribuna popular. Encontró al público adecuado en la derecha, no en la izquierda».

En 2002, Elsässer fue despedido de Konkret. Regresó a Junge Welt, periódico que él y otros se vieron obligados a abandonar en 1997 tras una disputa sobre la orientación política y de personal del periódico. Entonces fundaron Jungle World , donde solo pudo publicar unos pocos artículos. Más tarde, volvió a distanciarse de la redacción de Junge Welt y se convirtió temporalmente en freelance para Neues Deutschland, del que también fue expulsado en 2009 tras fundar una organización multifacética "contra el capital financiero", que también fue bien recibida por el NPD y Junge Freiheit.

Contrariamente a su propia descripción, Elsässer no fue una figura central en la formación de la iniciativa "Izquierda Radical" en 1988/89 ni en la campaña "Nunca Más Alemania" que inició en 1990, ni en el emergente movimiento antialemán. No figura entre los partidarios de los llamamientos antialemanes de la década de 1990, como "No al voto por Alemania" en diciembre de 1990 o "No a la paz con Alemania" el 8 de mayo de 1995. Tampoco aparece en el voluminoso periódico "Folleto de la Izquierda Radical" de marzo de 1991, con su "Llamado a un Consejo Antibélico" a raíz de la Guerra del Golfo.

Incluso antes de eso, en la Liga Comunista (KB), a la que perteneció Elsässer desde 1976, era controvertido, pero no un líder de opinión. Se sentía principalmente responsable de sí mismo. «Jürgen Elsässer actuaba con mucha autoridad en todas partes y le encantaba ser el centro de atención», recuerda Paul Stern, exmiembro de la KB, en una entrevista. «Entre nosotros, en la KB de Colonia, era conocido como Gallo, el gallo galo que siempre tenía la última palabra y cantaba más fuerte en el gallinero».

Elsässer escribió varios artículos para "Arbeiterkampf", el periódico de KB. "Además, ninguno de sus, a veces abruptos cambios de postura o de rumbo, al menos desde el comienzo de su etapa antialemana en 1989/1990 , surgió de ninguna reflexión intelectual", resume el autor Bernhard Schmid, miembro de KB en Baden-Württemberg desde 1987. "En cada caso, se trataba simplemente de adoptar una postura que le agradaba o que parecía prometer éxito o atención".

Bajo el título "La Organización Perfecta", Elsässer afirma en su autobiografía: "Si alguien quisiera intentar un golpe de Estado de nuevo, tendría que hacerlo más o menos como lo hizo la KB en aquel entonces. Todas las cuestiones estratégicas que surgieron en la izquierda en la década de 1970 y que la KB resolvió inteligentemente están resurgiendo hoy en el bando patriótico y liberal. (...) El fracaso del concepto revolucionario de la KB no se debió a nuestra estrategia ni a nuestras tácticas, sino a nuestra ideología". Despojar a la KB de su fundamento político, centrándose únicamente en un "golpe" y un "concepto revolucionario", es la táctica de Elsässer: para propagar un golpe de derecha, se le impone a la KB un "concepto revolucionario" que nunca tuvo. Más bien, la KB se definió a sí misma mediante la lucha contra la "fascistización del Estado y la sociedad" y mediante luchas defensivas democráticas y sociales, algo de lo que fue repetidamente acusada por otros grupos K mucho más revolucionarios.

Las críticas a Elsässer continúan, especialmente ante el auge de la AfD y el autoritarismo. Ni el Ministerio Federal del Interior ni el Tribunal Administrativo Federal pueden sustituir a Antifa. Ahora, incluso está promocionando la bata que usó durante la redada del 16 de julio de 2024, día en que se prohibió la entrada: "La bata compacta 'Elsässer' por fin está disponible", anuncia la "Tienda Compact", como una forma de "contrarrestar el poder estatal". "Con esta bata de diseño de terciopelo fino, irás bien vestido en cada redada". Si se prohíbe "Compact", la ultraderecha también se verá privada de la oferta de batas de mal gusto.

El autor fue miembro del KB desde 1976 hasta su disolución en 1991 y trabajó en la redacción de la revista »Konkret« entre 1993 y 2004.